El pais de las maravillas S.L.

Las Chicas de Oro, persiguiendo un lugar donde pasarlo bien, cayeron en el mundo de lo absurdo, como cuando Alicia, corriendo tras un conejo, cae en aquel interminable tunel que la lleva a…¿las maravillas?...En este caso, no naufragaron en sus propias lágrimas, sino que fueron a parar a una piscina donde flotaba una muñeca hinchable y, a la que un desdentado tiburón amenzaba con destrozar ¡Oh que miedo!…Al otro lado un elefante, con las patas doloridas, en remojo. Preguntaron al elefante si el juguete era suyo… ¡No dijo ni mú!... Entonces igual que Alicia, en la hora de tomar el té, el tiempo se detuvo y apareció un elegante director de orquesta que las invitó a fumar sassi, en el fondo de la piscina, mientras contemplaban los tobillos del mamíferoDando un paseo por los alrededores, nos pareció un tremendo disparate que la dulce abeja Maya, dejase al célebre cuadro de Van Gogh ¡sin el valioso marco!…Los girasoles se declararon en huelga y se vinieron al mundo de la imaginación....Nos pusimos de su parte, por supuesto, ¡las causas justas hay que defenderlas! Resultó imposible encontrar un bebé que se convirtiera en cerdito. En contrapartida, conocimos a un cariñoso dinosaurio azul que nos invitó a su vientre para mostrarnos sus criaturitas …Lloramos de emoción al verlas, entre tripas, corretear de un lado a otro...

A estas alturas, el señor del frac, que no estaba para muchos trotes, había entrado en confianza y nos contó que con su batuta dirgía a la Filarmónica de Berlin…pobrecito,… Estaba algo aturdido; pero lo tranquilizamos diciéndole que no tuviera miedo y se sentara en, una marabunta, antes de ser devorado por la planta carnívora que había a su lado. Seguimos haciendo camino y después de pasar por la casita de chocolate (Hansel y grettel habían salido), por el arco iris, jugar en el carrusel de caballitos etc…teníamos hambre. Afortunadamente Second Life es yanki. Fué fácil encontrar una hamburguesa con patatas que repartimos equitativamente…Casi sin darnos cuenta, terminó la inacabable hora del té y con ello la inmersión en el mundo del disparate donde caben todas las posibilidades.