Casas y casas S.L.

La imaginación no debiera tener límites cuando la gente construye. Prueba de ello, es esa rosadita casita-teterita que se encuentra en Huchu (221, 86, 52) ¡Oh!, que ilusión marujear en ella. Sin embargo las hay cutres hasta la muerte, como la que está a su lado. Una amiga, de intachable reputación, me llamó para que viera lo que, subjetivamente, le parecía “algo especial” ¡y lo era!
Dentro de esa mugrienta casa podría, quizás, ganarme los lindens de una manera legal y decente. Mientras entrenaba, Oyana se presentó de improviso ¡era la primera vez que nos veíamos! Y yo sin mis pelos de costumbre. Creo que sufrió un shock al verme; pero al poco rato, encantada, me dirijía, desde fuera, como debía moverme.
Llegaron Ja, Zaida, una Chica de Oro ...De pronto la cordura de Oyana se impuso y, enérgicamente, golpeó el teclado diciendo ¡Basta!, vayámonos a mi casa del cielo, ¡Oh Linden! creí que el final de mi existencia había llegado; pero no, ella se refería a un rinconcito donde relajarnos, poder charlar y por último volar en paracaídas…Sólo se abrió el de Ja……
Esta ánima bendita que escribe, desde el más allá, volvió al tugurio por si existía la posibilidad de dar marcha atrás en el tiempo…Einstein estaba de puente “Primero de Mayo”, (sus neuronas se lo merecían)…Sin embargo, encontré a un viejo conocido…un antiguo paparazzi que ahora regentaba el local….Estaba absorto y sentado en mi silla de trabajo…Me acerqué pero no sintió mi helada presencia del otro mundo…Sólo pensaba como sacarle rendimiento al garito…Olvidó reivindicar su derecho de jugar al bridge